“Hay un ejercito soplando vida a través del mundo…y muchos, como nosotros, soplan vida a través de su música y conciertos. Con frecuencia muchos pasarán por momentos de desánimo y futilidad al no ver el fruto que esperaban; otros cuestionarán si realmente vale la pena lo que están haciendo y por su mente cruzará la renuncia, la jubilación o el retiro…del trabajo tan importante que… hacen a través de la tierra, soplar vida donde hay muerte y necesidad”.
Con esta introducción inicia la canción Soplando vida del último disco de Jesús Adrián Romero, y quiero dedicársela al equipo que trabaja conmigo en la música.
El domingo pasado, en el culto de acción de gracias, me dieron tres minutos para expresar nuestro agradecimiento a Dios ante la iglesia, por sus tantas bendiciones durante este año pasado. Y así lo hice. Sin embargo me tomé un par de minutos más para agradecerle también a mi equipo, por todo el esfuerzo y sacrificio que hacen para ministrar cada domingo. Pero un par de minutos me quedaron cortos.
Un par de minutos, no son suficientes para expresar mi gratitud, mi cariño y mi admiración por cada uno de ellos.
Un par de minutos no son suficientes para contar de las tantas veces que llegaron al ensayo saliendo del trabajo sin almorzar, de los largos viajes que tuvieron que hacer para ministrar los domingos, de los planes que postergaron priorizando su servicio, del dinero y tiempo que invirtieron con el anhelo de ver crecer a esta hermosa familia, de la paciencia que tuvieron conmigo, de las ideas que sugirieron, de la alegría y excelencia con que sirven a su Señor.
No, un par de minutos no son suficientes para expresarles lo orgulloso que me siento de ellos y la bendición tan grande que es poder servir a su lado.
Ninguno de ellos lo hace esperando recibir algo a cambio y aunque el corazón arde por servir, llegan tiempos en que sencillamente, están cansados. Y como dice la introducción de la canción, se preguntan si realmente vale la pena lo que están haciendo.
Creo que en esos momentos es bueno recordar el importante trabajo que nos ha encomendado el Creador, soplar vida donde hay muerte y necesidad.
Cuantas veces las melodías que tocamos han servido para reconfortar los corazones de la congregación; o para expresar su gratitud a Dios. Llegará el día en que descansaremos en los brazos del Señor, pero todavía no.
Debemos recuperar fuerzas y seguir adelante; sabiendo que lo que hacemos es mucho más que música.
Gracias Luis, eres un buen líder, Dios bendiga todo tu amor y dedicación al ministerio.
ResponderBorrarMe encanta sus blog *-* ! Son los mejores jefesitos!! Se les quiereeeeee! Yeeeeeeei
ResponderBorrarYeeeeeeiii ~ jefesitos me gusta sus blog *-* Dios los bendiga siempre, se les quieree! Quiero más publicaciones!
ResponderBorrarQue lindas palabras, saben es verdad todo lo q dice ahí, yo he sentido aquello q llaman soplar vida, lo sentí cuando ustedes tocaban en un recital por navidad...
ResponderBorrarAprovecho para decir q el Blog desde ya está lindo :)...sigan publicando...
Preciosa la canción que escogiste. Me gusta. Refleja lo que anhelamos, que aunque queremos estar en allá, aún resuena un "Todavía no".. hay mucho por hacer, mucho en que trabajar y manos faltan y aunque nuestra vida es corta esperamos ser la mano que se tendió, los pies que camino, las rodillas que se doblaron y el corazón que latio.. Y pensar que ni merecimiento hay, el cual gran privilegio, solo herramientas.. Me agrada mucho ehh!!
ResponderBorrarAsí es amigo Hencoz, Todavía no, aún hay mucho por hacer.
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