Yo soy el Director

Hace algunos años, yo era parte del grupo de jóvenes de la iglesia, por esos días, se desarrollaría un importante evento juvenil en nuestra iglesia con la participación de otras iglesias locales en la organización, así que seríamos dos, las encargadas de la limpieza antes y después de la noche del evento.
En el auditorio principal, unas horas antes, se había realizado un pequeño taller de liderazgo y el lugar había quedado lleno de papeles, botellas y vasos descartables, y no teníamos mucho tiempo para reorganizar las sillas y asegurarnos de que el lugar esté completamente limpio para la noche; los chicos de la otra iglesia llegaron temprano y entre ellos, algunos a quienes no conocía, incluido un joven a quien llamaré “Diego”, así que comenzamos la limpieza tan pronto terminó el taller.

Mientras algunos cargaban las sillas, otros las limpiaban, barrían; un grupo llegó para terminar de arreglar el escenario y colocar algunas gigantografías, entonces me dispuse a recoger los papeles que estaban tirados por ahí, y entonces sucedió algo que no imaginé:

-      Hola, ¿Podrías ayudarme a recoger los papeles?
-      ¿Yo?
-      Si, tú.
-      ¿Yo? Jaja, yo voy a dirigir.
-      Ah, ya, pero se está haciendo tarde y aun falta mucho que hacer.
-      Creo que no me has entendido, YO SOY EL DIRECTOR, yo voy a estar al frente.

Debo admitir, con lo sanguínea que soy, que a estas alturas ya hubiera estado molesta con su actitud, pero por alguna extraña razón no lo estaba; sus palabras me habían dejado fría, sorprendida y atontada, por un momento me quedé mirando al resto de chicos que corrían por todos lados cargando, sacudiendo y colocando cosas, entonces vi a Gabriel, el líder de nuestro grupo en medio de ellos, y dije:

-      ¿ves a ese chico? El de la camisa a cuadros.
-      Si, lo veo.
-      Es el líder del grupo de jóvenes de nuestra iglesia, está ayudando como todos, y presentará al invitado de esta noche “al frente”, Ahora dime, ¿Puedes ayudarme?
-      Espérame un ratito.

En ese instante pensé en la importante lección que Diego estaba a punto de aprender, si Jesús siendo Dios, lavó los pies de sus discípulos en señal de humildad y servicio, este muchacho tendría que darse cuenta que su actitud no era correcta, cómo podría pensar que por ser EL DIRECTOR no debe recoger papeles junto al resto… y entonces lo vi venir con otro muchacho, el líder de su grupo de jóvenes, y me dijo:

-      Él te ayudará a recoger los papeles.

Sonreí…

Diego, quiso mostrarme que en su iglesia, el líder de jóvenes, también podía recoger papeles; lo que no había aprendido, es aquello que Jesús dijo a sus discípulos: Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos”.

Después de un tiempo, visité la iglesia a donde Diego asistía y encontré al mismo líder, a quien por cierto conocía mucho antes del evento… pero a Diego no, pues aunque le enseñaron sobre la humildad y el servicio, Él… jamás quiso aprenderlo.

1 comentario:

  1. Recuerdo esa historia...lástima que no volvimos a ver a este chico. Que Dios nos guarde del orgullo...

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